miércoles, 24 de octubre de 2012

Para llegar a ser un buen misionero

Para llegar a ser un buen misionero


Hace un mes que tengo en mi poder, una carpeta de color celeste con letras negras en la parte frontal que se titula “CARPETA MISIONAL”. El día que mi obispo me la dio, el puso algunas metas al dorso que me he esforzado por cumplir. Siempre he querido ser misionera, a veces creo que mi primera palabra no fue papá o mamá sino misión! Sin embargo no fue sino hasta el año pasado que yo tomé muy enserio esta cuestión de la misión y emprendí una ardua investigación acerca de las cosas que podía hacer para ir preparándome para las mejores 18 meses de mi vida (ya que las chicas solo servimos por un año y medio). Encontré muchos artículos en liahonas y algunos otros manuales. También las escrituras fueron de mucha ayuda por supuesto. Pero hoy quiero compartir con ustedes un artículo que encontré en una liahona de Oct del 2001 y que en lo personal a mi me encantó! Son cosas sencillas que podemos hacer día a día pero que nos ayudan muchísimo.
Aquí les dejo:

¿Cómo puedo prepararme para ser el mejor misionero que puedo llegar a ser?



Aquí tienes consejos de misioneros que actualmente están en la misión y de otros lectores:

• Ora todos los días. Pídele a nuestro Padre Celestial que te ayude a prepararte.

• El Señor necesita misioneros dignos. Vive los mandamientos todos los días.

• Asiste a seminario e instituto y pon atención.

• Lee las Escrituras todos los días, especialmente el Libro de Mormón. Aplica la promesa que se encuentra en Moroni 10:3–5.

• Aprende a ser responsable, magnificando cualquier llamamiento o asignación que recibas (véase D. y C. 88:80). Por ejemplo, la orientación familiar es una excelente manera de aprender a desarrollar relaciones de confianza con otras personas.

• Asiste al templo tan a menudo como te sea posible.

• Pasa el mayor tiempo posible con tu familia; los vas a echar de menos mientras estés fuera de casa. Participa en las oraciones familiares, noches de hogar y otras actividades

familiares.

• Durante las noches de hogar, participa enseñando a tu familia, usando las Escrituras y las charlas misionales.

• Asiste a la iglesia todos los domingos y participa del espíritu que hay allí.

• Recibe tu bendición patriarcal. Si ya la tienes, repásala con frecuencia.

• Practica conocer a nuevas personas y ser amistoso.

• La misión es rigurosa, por lo que es bueno que te esfuerces por estar en buena condición física.

• Comienza a ahorrar ahora mismo. Guarda dinero para la misión cuando te sea posible.

• Trabaja con los misioneros regulares y con los líderes misionales del barrio o la rama.

• Ayuda a los misioneros regulares con sus charlas y observa cómo las enseñan.

• Practica enseñando las charlas a tus amigos.

• Asiste a los servicios bautismales del barrio o la rama.

• Comparte tu testimonio cada vez que tengas la oportunidad.

• Invita a amigos que no sean miembros de la Iglesia a reuniones o a actividades.

• Asiste a una clase de preparación misional.

• Memoriza los Artículos de Fe.
Y lo que es más importante, habla con tu obispo obispo o presidente de rama al respecto, coméntale tus puntos débiles, las cosas en las que crees que debes mejorar, exprésale tus deseos de llevar a cabo cambios en tu vida que te permitan ser un mejor misionero y el sabrá guiarte. Yo lo hago todo el tiempo, cuando logro cumplir una meta que él me pone, yo le digo “Obispo creo que necesito ayuda con esto.” Entonces, con toda paciencia el me ayuda y anota todas mis metas, porque según él las cosas que no se dejan por escrito son más difíciles de lograr.

Tomado del blog "Bitacora de una chica SUD"

2 comentarios: